Por la Via Verde del Tajuña

Ahora tocaba hacer una ruta un poco mas seria, nos fuimos con el coche hasta Ambite, donde empieza o termina (segun se mire) la Via Verde del Tajuña,  el dia no estaba muy bueno, amenazaba lluvia, pero teniamos muchas ganas de seguir practicando con el tándem, asi que comenzamos la ruta aunque el suelo estaba todavia humedo de la lluvia caida la noche anterior.

Montamos las ruedas y ajustamos las pastillas de los frenos por que rozan un poquito y arrancamos, ¡¡¡a la de una, dos y tres!!!!!!!!!! arriba, iniciamos la marcha como si llevasemos toda la vida montando, anclamos los pedales a la primera (habia cambiado los pedales  de carretera que habia puesto el primer dia, eran unos que tenia por ahi guardados, y habia puesto los de montaña, un acierto, estos anclaban mejor y nos permitian andar sin problemas) primeras curvas y casi perfecto pero algo fallaba, llegamos a las primeras curvas cerradas y a la direccion le pasaba algo, no iba fina pero continuamos pensando que era que eramos novatos y ya nos acostumbrariamos, llegamos a Carabaña y nos hicimos unas fotos.

Continuamos hacia Tielmes, habia tramos en los que el carril estaba bastante embarrado, se estaba poniendo guapo el tandem en su primera salida en serio, vaya estreno, llegamos a Perales y nos dirigimos hacia Morata, aqui estaban los primeros repechos que subiamos y fue mejor de lo que nos esperabamos, creiamos que iba a ser bastante peor que ir solos y la verdad es que ibamos hasta mejor que cada uno en nuestra bici, pasamos Morata de Tajuña con algunos apuros al pasar entre los postes que hay para que no pasen los coches, iniciamos la subida hacia la cementera de Arganda a un ritmo suave, antes de llegar a la cementera empiezan a caer las primeras gotas y decidimos que cuando llegasemos al final de la subida, nos dariamos la vuelta y asi lo hicimos a la altura de la cementera dimos la vuelta para ver que tal se nos daba la bajada, fuimos con precaucion hasta Morata donde nos pusimos los chubasqueros, ya que parecia que no iba a dejar de llover.
Cuando llegamos al restaurante Cantarranas hicimos una parada para tomar un cafe y entrar un poco en calor. Ya ibamos de barro y agua hasta arriba pero no habia remedio, habia que llegar a Ambite, donde teniamos el coche para volver a casa. Mojados y llenos de barro pero contentos montamos el tandem en el portabicicletas y regresamos a casa despues de casi 80 km y la mitad lloviendo, nunca he disfrutado de la bici cuando me ha pillado la lluvia (debe ser que mi primera carrera fue lloviendo y lo pase fatal) pero este dia habia sido diferente, habia disfrutado hasta bajo la lluvia.