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viernes, 6 de mayo de 2011

¿como que no pagamos impuestos?

¡Pero si los ciclistas no pagáis impuestos!
No era la primera vez que me “comentan” esto desde un coche, pero se está convirtiendo
 en un argumento común entre los que se irritan cuando se cruza una bicicleta en su
campo de visión. La verdad es que debe dar bastante rabia gastarse 30.000€ en un
 coche, más impuestos y gasolina, para luego comprobar que un vehículo cien veces
 más barato, que ni paga impuestos ni gasolina, sea bastante más efectivo circulando
 por la ciudad.
Cuando se va en bicicleta, es bastante fácil parar a hablar con otro ciclista conocido,
o con cualquier peatón. En coche, es casi imposible, de modo que no hay manera de
que yo pueda explicar a algunos conductores por qué los ciclistas no pagamos impuestos.
 A ellos me dirijo.
¿Cómo que los ciclistas no pagamos impuestos?
Los ciclistas como cualquier otro ciudadano pagamos impuestos. Los ciclistas hacen su
 declaración de la renta, pagan impuestos municipales, y sobre todo, el IVA. Los ciclistas
pagamos nuestras bicicletas y todos sus recambios con IVA, y sin ningún tipo de ayuda
estatal. Cantidades exorbitantes de dinero para subvencionar la compra de automóviles
contaminantes que generan deuda externa al necesitar de petróleo extranjero. Subvencionar
 problemas, negocio redondo.
Sin embargo, la Unión Europea recomienda a sus estados miembros la exención de
 impuestos en la venta de bicicletas y accesorios, ya que la bicicleta como medio de
 transporte urbano tiene innumerables ventajas sobre la salud de los ciudadanos,
no endeuda al país con su insaciable sed de petróleo, no necesita un desmesurado
 gasto en infraestructuras... pero en nuestro país, seguimos de espaldas a la bicicleta.
Es más, con esos impuestos que pagamos, se construyen autovías, autopistas y
 túneles por los que los ciclistas no podemos circular. Con esos impuestos deberían
financiarse las infraestructuras ciclistas que nuestro país tanto necesita, y de las que
nuestros vecinos europeos llevan décadas disfrutando.
¿Por qué no pagamos impuestos?
Principalmente porque generamos poco gasto. El gasto en viales urbanos y
 extraurbanos se ha hecho por y para el coche, por tanto, es justo que sea el coche
quien lo pague. No hacían falta semáforos en las ciudades hasta que llegaron los
coches. Y seguirían sin hacer falta si imperase el sentido común. No ha sido la
bicicleta quien ha invadido el paisaje urbano.
Los ciclistas no hacemos baches en el asfalto, no gastamos los bordillos, no
 borramos la pintura, no necesitamos soterrar la M-30, no molestamos a los
ciudadanos con ruidos ni humos, causamos menos accidentes y de menor
gravedad, y por lo general, pasamos menos por el médico. ¿Debemos pagar
impuestos por todo ello?
Sobre los impuestos de circulación podríamos hablar largo y tendido. No nos
engañemos: con los impuestos de circulación no se paga ni por asomo el
 mantenimiento de la red viaria, ni siquiera de la municipal. No hay más que
ver los socavones que tenemos.. Y si como algunos se empeñan en que los
 ciclistas paguemos impuestos de circulación, ¿cómo lo haríamos? Esto es
gracioso. ¿Peso por eje? No llega
a 7 kilos. ¿Emisiones? Cero. ¿Cilindrada? Cero. ¿Potencia fiscal? Según tenga el día.
Está claro que es una idiotez. No son vehículos comparables. No se puede meter
a la bicicleta en el saco de los coches. Aplicando los criterios automovilísticos a la
bicicleta, no creo que tuviéramos que pagar más allá de unos pocos céntimos.
Lo cual me lleva a hacerme la siguiente pregunta.
¿Y si los ciclistas pagásemos impuestos?
Pues entonces la administración tendría que cumplir con los ciclistas exactamente
igual que con los conductores. Si yo como ciclista pagase impuestos, exigiría que
mi bicicleta fuese matriculada como los demás vehículos, y que en caso de robo, la
policía la buscase, como se hace en Holanda, por ejemplo. Si pagase impuestos,
el estado tendría que dejarme circular por toda la red viaria, autovías, autopistas y los
túneles de la M-30, y por el centro del carril. También tendrían la obligación de proveer
 aparcamiento para mi bicicleta en todas partes, al igual que se hace ahora con los
coches.
En fin. Yo me quedo con este “régimen especial” en el que nos movemos los ciclistas
actualmente. La bicicleta ahorra a la administración mucho más dinero que el gasto
que genera. Sus beneficios sociales y económicos son incalculables. No es que no
paguemos impuestos, es que se los ahorramos a los demás con cada pedalada.

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